OAXACA DE JUÁREZ: LA CAPITAL DE LOS COLORES

Creo que nunca antes había hablado por aquí de mi obsesión con el bordado. Empecé a bordar hace como 5 ó 6 años buscando algo que hiciera espectacularmente mal. Soy una persona muy perfeccionista y necesitaba encontrar algo que me encantara hacer pero que no fuera buena haciéndolo, algo que hiciera solo por el placer de hacerlo, no buscando hacerlo bien, y así fue como llegué al bordado que se convirtió en mucho más que un pasatiempo, se convirtió en terapia.

Por aquí me invitaron a escribir sobre eso por si quieren profundizar ese tema.

El hecho es que en la cuarentena del COVID empecé a bordar mis fotos en papel y me enamoré aún más del bordado, y desde ese momento pensé en la posibilidad de irme a algún lado a hacer una residencia de arte enfocada en bordado, y como soy una de las personas más «mexicofílicas» que conozco, naturalmente mi primera inclinación fue irme de nuevo a este país que amo con locura. Me puse a investigar y fue muy claro que el lugar era Oaxaca.


Después de mucho dar vueltas tomé la decisión a principio de este año de irme 5 semanas (3 de residencia y 2 adicionales) para Oaxaca de Juárez, la capital del estado de Oaxaca a hacer una residencia de bordado mexicano.

Como conté en la publicación anterior, la residencia fue un fiasco y una estafa, y no quiero dar más vueltas con eso porque la idea de ESTA publicación es hablar de todo lo que si salió bien después de que salí de ese pseudoconvento/prisión (si pueden ir y darle «me gusta» a esa publicación sería maravilloso para que rankee en la búsqueda de Google y a nadie más lo estafen como me estafaron a mi). Así que se vienen 3 publicaciones de mucho color, mucha felicidad, mucha comida deliciosa, muchos textiles artesanales y mucho disfrute.

Esta primera es enfocada solo en Oaxaca de Juárez y lo que hay para hacer, la segunda será de lo que hay para comer (que a pesar de estar tanto tiempo estoy segura de que apenas alcancé a probar la superficie de los tesoros que hay) y la tercera será de lo que hice en el Valle central de Oaxaca, la zona que rodea a la ciudad.

Entrando entonces en materia, Oaxaca de Juárez es una ciudad pequeña, prácticamente casi todo se concentra en el centro y en los barrios cercanos al centro.
El centro está dividido en dos: el centro histórico que es la parte más al norte, alrededor de la Iglesia de Santo Domingo y que es donde hay más hoteles, cafés, restaurantes, museos y tiendas. Y el centro centro que es alrededor del Zócalo de Oaxaca que es un centro normal de ciudad, con tiendas, bullicio y desorden. Es donde están los mercados y algunos museos.
Los dos vale la pena caminarlos y conocerlos.

Voy a empezar esta entrada con algo que me sorprendió de Oaxaca y es la cantidad de museos que hay, todos gratuitos, todos pequeños, todos en casas preciosas y todos inspiradores, de sur a norte van más o menos así:

El Museo textil de Oaxaca es muy fácil de visitar, es gratis, queda relativamente cerca al Zócalo y tiene exposiciones alrededor de todo lo textil. La tienda vale mucho la pena para las personas interesadas en las riquezas textiles de Oaxaca que son muchas, muy variadas y valiosas. Venden además insumos para teñir con tintes naturales como grana cochinilla e índigo (de esto hablaré en profundidad más adelante).

Al lado del museo textil está en Centro Cultural San Pablo que es de la misma fundación. Es un antiguo convento con un patio central precioso y rico para tomarse un café en el Café Brújula (hay varios en la ciudad) y darse una caminada por sus exposiciones gratuitas. A mí me tocó una preciosa sobre el maíz y la arcilla.

Siguiendo hacia el norte está el Museo de filatelia que es el museo de las estampillas. Si no tienen mucho tiempo, sáltense este, si les sobra tiempo vayan porque la casa es hermosa y hay exhibiciones de estampillas de muchas partes del mundo con ilustraciones muy bonitas.

Un par de cuadras al occidente está la iglesia más famosa de la ciudad, la Iglesia de Santo Domingo, yo no soy muy de iglesias pero vale la pena entrar y conocer. También vale la pena pararse por ahí cerca los sábados para ver la salida de los matrimonios oaxaqueños que es muy única porque siempre hay bailarines vestidos con trajes típicos y los famosos muñecos en zancos con cabezas de papel maché también conocidos como «mojigangas».

En el edificio del convento, al lado de la iglesia, queda el Museo de las culturas de Oaxaca, que vale mucho la pena visitar solo por ver el edificio por dentro y por la vista que uno tiene del jardín etnobotánico. A mi además me tocaron 3 exposiciones muy buenas, pero como van rotando, no se con qué se vayan a encontrar.

Aquí hago un aparte para contar que me impresionó mucho que en México a septiembre de 2022 siguen usando mucho tapabocas (inclusive en la calle y espacios abiertos y es obligatorio para entrar a tiendas, restaurantes y museos) y restringiendo las entradas a los museos.
En este particularmente sólo dejan entrar 30 personas cada hora en punto siendo la primera entrada a las 10 am y la última a las 2 pm porque cierran a las 3.
Y este es otro dato importante: revisar los horarios de los lugares que quieren visitar porque los museos de la ciudad cierran a las 3 pm y no abren sábados y domingo y a veces ni lunes.
Otros lugares como los sitios arqueológicos de Mitla y Monte Albán también cierran a las 3 pm.

También recomiendo que visiten las páginas de Facebook de los lugares en lugar de las páginas web oficiales porque parece que las actualizan mucho más.

Al frente de la iglesia de Santo Domingo queda un tesorito conocido como el IAGO o Instituto de Artes gráficas e Oaxaca, uno de los hijos del famoso artista mexicano Francisco Toledo, oaxaqueño honorario, que si no saben quién es, los invito a que lo investiguen porque fue una persona fascinante. No solo fue artista, sino gestor cultural y activista y una de las personalidades responsables de que Oaxaca sea hoy el centro cultural que es.

Les dejo por aquí una cita suya que resume un poco su vida, obra y trabajo como gestor cultural «Yo, para no sentirme tan mal de ser un capitalista, de ser un hacedor de dinero, lo gasto en instituciones que se abren a los jóvenes que no tienen posibilidades de viajar para ver exposiciones o tener libros. Esto que usted ve aquí, el cine, el centro fotográfico, todo está hecho un poco para pagar culpas, por el interés que tengo por la difusión

Fundó muchas organizaciones que impulsan la cultura y la conservación de la naturaleza y este instituto fue uno de esos lugares que vale mucho, mucho la pena visitar. Si les gustan las artes gráficas y el diseño no dejen de entrar a la biblioteca que es como la meca de las delicias de estos temas.

Un par de cuadras al occidente del IAGO está el Centro Fotográfico Manuel Alvarez Bravo otra de las creaciones de Toledo, la entrada es gratuita y tiene dos salas grandotas para ver exposiciones de fotografía y un patio central precioso.

Unas cuadras más al occidente está el Museo de las Artes Populares Belber Jiménez que no tiene una exhibición muy buena y tiene muy poca información sobre las piezas que exhibe PERO, tiene una sala de trajes típicos tradicionales mexicanos que para los que amamos los textiles es un deleite en el que nos podemos quedar, y me quedé, horas. Un lugar ideal para tener una muestra de primera mano de la riqueza textil ilimitada de México.

Es increíble que en una ciudad tan chiquita haya tanta riqueza cultural y que todos los museos sean gratuitos, estos son los que yo visité, adicional a estos existe el Museo de los Pintores Oaxaqueños y el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) que no visité porque estaba cerrado no se si permanentemente y que es una lástima porque la casa en la que queda se ve espectacular.

Cerrando los museos dejo para el final uno de mis lugares favoritos de la ciudad que no es un museo, pero que también fue ayudado a fundar por Francisco Toledo: El Jardín Etnobotánico de Oaxaca.
Es un jardín botánico de plantas del estado de Oaxaca que queda en los jardines del que era el convento de Santo Domingo y que hoy es el Museo de las Culturas. Es un lugar precioso con una colección de plantas impresionante que están dispuestas de maneras maravillosas.
Desafortunadamente por temas de la pandemia y actos de vandalismo que han tenido anteriormente, no se puede visitar (o al menos no hasta octubre de 2022 que yo estuve allí) sin hacer parte del tour guiado en inglés o en español que dura 1 hora y que hay que consultar la página de Facebook para saber a qué hora sale cada día y llegar unos 15 minutos antes porque los cupos por tour son limitados.

Yo espero que esta restricción la levanten pronto porque sueño con volver a este lugar maravilloso y poder caminar libremente, tomar fotos y no tener que ir con un grupo y oyendo un tour que lo hice dos veces y fue totalmente diferente: la primera vez un poco como un tour para un grupo de niños de guardería, y la segunda mucho tiempo sentados oyendo información y poco tiempo para verdaderamente apreciar el lugar y las plantas.

Siguiendo con los lugares para visitar del centro de Oaxaca quiero hacer una sección de tiendas y lugares para comprar tesoritos locales:

Los baúles de Juana Cata es EL lugar para conseguir textiles del estado de Oaxaca originales y de altísima calidad. No es barato, pero prefiero mil veces comprar aquí un huipil original que que 10 de los que venden en la calle que probablemente son hechos en China.
Cuando uno compra una prenda en este lugar le entregan una etiqueta que dice el nombre de la persona que lo hizo, de dónde es, qué técnicas usó y cómo cuidar la prenda. Para cualquiera que tenga interés en los textiles, este lugar es una parada obligatoria.
No se ve desde la calle, hay que entrar al edificio en donde está el restaurante Los Danzantes (de este hablaremos después) y la joyería Oro de Monte Albán y en el patio central del edificio está esta joyita escondida de los tesoros textiles oaxaqueños.

Siguiendo con los textiles increíbles y que parecen de fuera de este mundo, es necesario mencionar a Miku Meko Atelier que yo diría que es una marca de alta costura oaxaqueña. Todos sus textiles tienen algo especial y las prendas, aunque costosas, valen cada peso porque son hechas 100% con técnicas artesanales locales: tejidos en telares de cintura, telas de bambú, bordados a mano, teñidos con tintes naturales, todo hace parte de las prendas de Miku que además son diseñadas e intervenidas por una de mis personas más favoritas que conocí en este viaje, la maravillosa Alelí Hernández, gestora cultural y genia del bordado que tuvo la generosidad de recibirme dos días en su atelier y enseñarme todo lo que no pude aprender en mi residencia fraudulenta sobre bordado tradicional mexicano, y de contarme todas las historias de cuando acompañó a Francisco Toledo como su asistente durante casi dos décadas. Para ir a visitarla solo tienen que tocar la puerta de la casa de su maravilloso atelier que está cerrada físicamente pero abierta de corazón.

Otra marca local que vale la pena conocer es Origen textil también prendas hechas a mano con especial atención a los teñidos con tinturas naturales.

Para objetos de diseño hechos con técnicas locales como textiles, arcilla, cerámica y cestería hay varios lugarcitos que quiero recomendar:

Habitáculo: Una tienda llena de talento local, perfecta para comprar objetos y prendas lindas o regalos muy especiales.

Kun café: café/tienda con una selección preciosa de piezas en diferentes tipos de arcilla y algunas prendas de ropa.

Kiyo café: otro café/tienda con un chai frío muy muy delicioso y que además vende piezas de ropa, accesorios y decoración mexicanos muy bien curados y seleccionados.

Al frente de Kiyo queda Suculenta una tienda de puras delicias comestibles: quesillo ahumado (también conocido en el resto de México como queso Oaxaca y que es OBLIGATORIO probar), fermentos, mermeladas, mieles, verduras frescas, harinas, salsas picantes, chiles… y un poco de todo para los paladares más refinados, este almacén tiene además cosas preciosas para la cocina y la mesa.

Otro lugar muy favorito fue la Sombrerería Alberly un lugar para comprar sombreros de calidad y con una tradición de 80 años. Alex, la persona que me atendió fue absolutamente generoso no solo con su atención sino que además me recomendó montones de cosas para hacer en la ciudad y sus alrededores.

No podían faltar en mis guías de una ciudad las librerías, y hay dos que quiero recomendar: la Librería El Anhelo que es muy especial porque se especializa en editoriales independientes y autogestionadas y tiene unos fanzines increíbles y la Librería Grañén Porrúa que queda cerca al Zócalo y tiene una gran selección de libros y un patio con otro Café Brújula muy rico para sentarse a descansar.

Cierro esta parte del comercio con algo muy importante: dónde comprar artesanías. Cada 2 metros hay una tienda de artesanías, lo mejor claramente es visitar los pueblos y comprarle directamente a los artesanos (de esto voy a hablar más en la tercera publicación que vendrá pronto), pero si eso no es posible entonces recomiendo (opinión personal) visitar estos lugares, así no vayan a comprar, son como museos de lo que los artesanos locales saben hacer, que es MUCHO y MUY BONITO.

Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (ARIPO).

Casa de las artesanías de Oaxaca.

La plaza, artesanías de Oaxaca.

Mercado de artesanías de Oaxaca.

Y ahora que estamos hablando de mercados, es imposible no hablar de lo importante que es siempre visitar los mercados en las ciudades y pueblos mexicanos. Se consigue todo fresquito y delicioso, generalmente se come muy bien, y además son ¡tan lindos y coloridos!

En Oaxaca, cerca al Zócalo hay dos que son muy importantes: el Mercado Benito Juárez y el Mercado 20 de noviembre, recomiendo visitar los dos. Pero mi favorito, más pequeño y más de barrio fue el Mercado de La Merced.

Cerca al mercado de La Merced queda un barrio muy especial y que creo que es imperdible, es por fuera del centro pero muy cerca y es el colorido y fantástico barrio de Jalatlaco, hogar de galerías, estudios de artistas, graffitis increíbles y toneladas de papel picado de colores adornando sus calles adoquinadas de fachadas coloridas. Es un barrio pequeño y vale la pena perderse por sus callecitas en un día soleado. Sobre todo en la mañana que no hay casi tráfico.

Aquí recomiendo hacer una cita para visitar el estudio de los chicos de rrres que usando técnicas tradicionales de la región hacen alfombras y otros textiles para el hogar y piezas de barro con diseños contemporáneos que son absolutas obras de arte.

Otro barrio que no es en el centro pero es muy cerca y vale la pena visitar es Xochimilco, un poco más residencial y tranquilo, tiene restaurantes deliciosos, mi desayuno favorito (que les contaré en la próxima publicación) y un lugar muy especial: Central Textil Oaxaca una tienda/lugar de talleres relacionados con todo lo textil en donde hice un curso de tintes naturales maravillosos con una profe increíble Roxana Ángel de Rox and Roll.
Recomiendo mucho que si les interesa todo este cuento de textiles y van a visitar Oaxaca, se pasen por la tienda de la Central textil y revisen qué talleres van a estar dando. También pueden revisar qué talleres hay en Almácigo espacio creativo.

Para volver de Xochimilco al centro, recomiendo caminarse toda la calle Rufino Tamayo que es hermosa con tiendas interesantes y sus fachadas de colores y arcos que eran parte de un acueducto.

Y con esto pongo punto final a esta publicación que ya está bastante larga, y esta es apenas la primera de 3 publicaciones sobre Oaxaca.
Esto fue lo que pude recorrer, y se que faltaron cosas pero tengo planes de volver pronto y lo que vaya descubriendo nuevo lo iré añadiendo y actualizando.

Como siempre si tienen sugerencias o correcciones son bienvenidas y si saben de alguien que vaya a visitar esta capital del color, no duden en compartirle esta información.

2 comentarios sobre “OAXACA DE JUÁREZ: LA CAPITAL DE LOS COLORES

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