Como les venía contando en la primera parte de esta entrega de Escocia, hace poco hice un viaje de 2 semanas por las tierras altas escocesas. Ya en la entrada anterior hablé acerca de los preparativos, ahora voy a seguir con el itineario y todo lo que visitamos.
El primer día recogimos nuestro carrocasa, fuimos a hacer compras a un mega supermercado que hay a pocos minutos de Kirkaldy (donde recogimos el carrocasa), compramos cosas fáciles de preparar como pastas, perros calientes, masa de pizza (teníamos horno), sánduches, cosas para preparar el desayuno, sopas, hamburguesas y así. Muchas cositas para llevar en las caminadas de fiambre como nueces mezcladas, frutas, algunos embutidos y quesos y galletitas. Eso nos llevó toda la tarde y para dormir, elegimos un lugar en GPS que nos dieron los amigos de Ecosse Tourers. Nos metimos por un caminito de un solo carril y llegamos a un parqueadero escondido entre plantas para dos carros en toda la orilla de un lago que se llama Loch Venachar (en Escocia los lagos se llaman «loch»).
Al día siguiente nos despertamos y después de un rico desayuno preparado en nuestra cocina, tomamos rumbo hacia Devil’s pulpit o Finnich Glen, una garganta de varios metros de altura con un río que tiene el lecho cubierto de rocas de un rojo furioso, lo que le dio su infame nombre de «púlpito del diablo» porque las piedras hacen que el agua se vea como sangre. Es un lugar muy bonito, hay pocos parqueaderos por lo que es recomendable llegar temprano, se camina por unos 10 minutos para llegar a las escaleras que bajan a la garganta justo en todas las raíces de un roble grande.
Toca meterse al agua entonces es recomendable llevar pantalones que se puedan remangar o acortar, el agua es helada pero deliciosa.
Después de estar explorando volvimos a subir a nuestro carrocasa y fuimos a dar una vuelta por la orilla del Loch Lomond un lago enorme que tiene varias reservas forestales bonitas en sus orillas como el Argyll Forest park que hace parte de un parque nacional más grande que se llama Loch Lomond and the Trossachs. Nosotros elegimos parar en la orilla occidental del lago en el pueblito de Luss, una aldea que parece Hobbiton de El señor de los anillos. Las fachadas de las casas son llenas de flores y hay un restaurante delicioso que se llama The village restaurant, en donde nos comimos unos wraps de pollo muy ricos.
Seguimos con rumbo hacia el oriente y de golpe nos encontramos con unos paisajes alucinantes, montañas y valles verdes con colinas de formas muy irregulares, no nos dimos cuenta y llegamos a uno de los lugares que más me gustó en las tierras altas: Glencoe, es un valle que solía a ser un glaciar, lo que explica que el paisaje sea tan atípico e irregular. Encontramos un lugar donde parquear cerca a un río y arrancamos a caminar hasta la parte alta de la montaña más cercana, entre musgos y babosas negras que parecen con chaqueta de cuero. Tuvimos una ubiación privilegiada para ver el «atardecer» a las 10:30 pm.
Al día siguiente nos levantamos con la vista más espectacular y nos fuimos para el Glencoe Mountain Ski Resort porque leímos en internet que había una telesilla de ski entonces aprovechamos para llegar a la montaña más alta del valle para hacer una caminada corta como de 1 hora sobre la cima. El resort también es un lugar bonito con espacio de camping, con conexión para electricidad para el carrocasa, «pods» para dormir, restaurante y lo más importante: una ducha espectacular e impecable.
Glencoe from Valeria Duque on Vimeo.
Con esto termino esta segunda parte. Espero que les sirva y les guste. Esperen pronto los demás artículos con vacas peludas, ovejas, castilllos y caminadas.
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