Huaraz es un pueblo en la cordillera blanca de la sierra peruana que también es conocida como la capital del treking en Perú, y este título se lo merece porque cerca a Huaraz está el Parque Nacional Huascarán que tiene muchas caminadas a montañas nevadas, glaciares, laguna glaciares y valles en donde se pueden ver cóndores.
Para llegar a Huaraz desde Lima la mejor forma de hacerlo es en bus, el viaje toma más o menos 9 horas. Nosotros fuimos muy afortunados y como tenemos amigos de esos de generosidad ilimitada en Lima, nos pudimos ir en su carro (gracias infinitas Ana y Javi por este préstamo) así que pudimos tomarla con calma.
Nos habían advertido mucho que las vías de Perú no son tan buenas, que las manejadas son difíciles, etc.. así que estábamos medio prevenidos pero la verdad es que la peor parte del camino fue la salida y la entrada de Lima en donde, hasta para los estándares colombianos, manejan como si estuvieran locos.
Una vez uno sale del cercado de Lima la cosa se pone mucho más fácil: las primeras 4 horas son una vía de doble calzada totalmente plana, con desierto y mar a los lados, un paisaje muy bonito. Esto dura hasta Barranca que fue donde paramos a almorzar por recomendación de los amigos limeños en un lugar que les quiero recomendar que se llama Tato que es un restaurante familiar, lleno de locales (siempre una buena señal), en toda la orilla del mar, en donde venden el tacu tacu ¡más delicioso!. El tacu tacu es un plato típico peruano como entre una paella con risotto que tiene: arroz, frijoles en masa que forman un pegote delicioso, mariscos, pescado, y un sofrito de ají amarillo con otras delicias.
Después del banquete y con la barriga llena y el corazón contento seguimos nuestro camino, más o menos unos 30 kms más de doble calzada plana por la orilla del mar y nos desviamos finalmente hacia la sierra para 4 horas más de camino por una vía que tiene curvas pero que honestamente comparada con las vías de Colombia, es fácilmente manejable.
Empiezan las vistas increíbles de nuevo, nevados a 360 grados a medida que nos vamos acercando a la cordillera blanca y los síntomas de la altura (en el camino subimos hasta 4200 msnm) como sentir el estómago como un puño, oídos tapados, un mareo leve, sed, etc…
Finalmente llegamos de noche a nuestro destino, el hotel Churup Mountain Lodge. Un lugar mágico al que llegamos por pura casualidad porque íbamos a reservar en otro dentro de la ciudad con un nombre similar pero cuando vimos este en las montañas todos preferimos estar en medio de la naturaleza.
Quiero tomarme un momento para hablar de este lugar porque es verdaderamente especial, Eva la administradora es un sol de persona, es un deleite para conversar, y conoce todas las caminadas y planes que hay para hacer por la zona, está siempre pendiente para resolver cualquier duda o problema.
Por otro lado las instalaciones son sencillas ¡pero hermosas!, con sencillas me refiero a que no hay lujos absurdos pero todo es cómodo y bonito: como nosotros éramos 4 tomamos una habitación que se llama «la cueva» que normalmente funciona como un hostal en el que uno puede alquilar una cama, pero como la llenamos quedó toda para nosotros, con su chimenea metálica que nos calentaba las noches y las mañanas y su silencio absoluto. Advertencia: el baño queda fuera de la habitación así que por la noche hay que abrigarse antes de ir, pero el cuarto es tan rico que eso pasa a segundo plano.
La comida es otro ítem que vale la pena destacar, es absolutamente deliciosa, con porciones generosas como todo en Perú, y para los que van a caminar, empacan un almuerzo para llevar que es buenísimo.
Les dejo algunas fotos para que se antojen:
Inicialmente nos íbamos a quedar dos días en Huaraz pero al llegar a semejante paraíso decidimos quedarnos un día más para tener un día para volvernos a aclimatar a la altura.
Así que el primer día nos levantamos más tarde, desayunamos, leímos y descansamos un rato en el hotel y pedimos nuestro almuerzo empacado, nos montamos en el carro y manejamos más o menos 45 minutos por una vía sin pavimentar hasta la Laguna Llaca.
Esta fue una recomendación de Eva, la administradora del hotel, porque la vía del carro llega prácticamente hasta la laguna.
Una vez uno parquea, camina más o menos 15 minutos y llega a la orilla de la laguna para almorzar con una vista incomparable, la caminada es fácil, hay que hacerla despacio porque como siempre, la altura pega duro y si van en carro suban con las ventanas abiertas y despacio para irse aclimatando paulatinamente a la altura.
Estuvimos un rato caminando por los alrededores y nos subimos al carro para ir a conocer el pueblo de Huaraz, que francamente no tiene mucho para ofrecer, así que volvimos a nuestro hotel a descansar en nuestras camas calienticas con chimenea y sonidos de la naturaleza.
Al día siguiente probamos otra caminada recomendada por Eva, caminamos 16 kms por un valle glaciar, es el camino hacia la laguna de Quillcayhuanca aunque no lo hicimos completo porque el camino hasta la laguna son 30 kms y salimos un poco tarde y nos daba miedo que nos tocara la devuelta de noche porque el sol se pone relativamente temprano en esta época (más o menos a las 5:30 pm).
Para llegar a este lugar es sólo manejar hasta Pítec que es el punto de control de ingreso al parque y una vez se paga la entrada (30 soles por persona por día, o hay una entrada para 3 días que vale 60 soles) se sigue manejando unos 5 minutos hasta llegar a un portón cerrado que se escala por un lado (así le dicen a uno que debe hacer a la entrada) y llegar al valle que se abre precioso.
La caminada es muy fácil porque es totalmente plana, se camina por la orilla de un río cristalino y es posible ver cóndores, nosotros desafortunadamente no vimos ninguno porque nos dijeron después que salen más temprano en la mañana.
Algo que nos intrigó es que hay vacas y ovejas por todas partes, son de las personas que viven cerca que simplemente los dejan solas y van a revisar cómo van cada mes o cada varios meses. Como resultado de esto hay algunos animales que se mueren y uno ve huesitos y calaveras desperdigadas por ahí, totalmente limpias. ¿quién las limpia? ¿los cóndores? ¿algún zorrito o carnívoro similar?… no sabemos pero si era medio raro.
Llegamos hasta el final del valle y ahí decidimos devolvernos porque ya estaba cayendo el sol y la devuelta eran 8 kms.
Fue una caminada muy rica, con un aire puro delicioso, el cielo azul y paisajes bonitos, nos quedamos con la intriga de conocer la laguna que dicen que es preciosa. Habrá que volver.
El tercer día hicimos el ascenso a la Laguna Chúrup, pero esa historia, que cierra este viaje a Perú, la dejo para la próxima publicación.