Siguiendo con este viaje por el parque natural de Cabo de Gata en la provincia de Almería al sur de España, les quiero contar de una playa muy particular a la que fui con mi hermano temprano en la mañana para escapar un poco del sol de junio en el desierto.
Se llama la Cala del Carnaje y tiene una característica muy especial y es que está toda cubierta por piedras negras, creería que de origen volcánico por su color y su textura pero no estoy segura y por este tipo de dudas es que me encantaría volver con un geólogo que me explique todito.
La playa no es muy cómoda para ir a pasar el día por las rocas (cada una es como del tamaño de una mano de persona chiquita, léase: yo) pero es muy linda para visitarla y tiene algo que me encantó: uno se sienta en silencio y el sonido que hacen las piedras rodando cuando las olas van y vienen es absolutamente hipnótico. Les dejo un video para que lo oigan y se transporten un ratico, súbanle volúmen.
A la playa se llega caminando unos 35 minutos por un camino de piedra muy fácil de recorrer, el carro se deja parqueado a la orilla del camino y se avanza entre olivos y la vegetación típica del paisaje que son arbusticos y espartos que son los que usan para crear las fibras para las artesanías tejidas.









El almuerzo de este día fue en uno de los lugares favoritos de mi hermano, el restaurante 4 nudos en el pueblo de San José (como a 7 minutos del Pozo de los frailes en carro) en toda la marina del pueblo, un lugar para comerse los mariscos más frescos y deliciosos.


Otra playa que visitamos fue La Calilla del Playazo de Rodalquilar que, como su nombre lo dice, es una cala pequeñita que queda escondida subiendo por un camino corto como de 5 minutos que queda cerca al Playazo de Rodalquilar (el pueblo que les contaba en la publicación pasada en donde queda El Cinto, ese restaurante tan maravilloso de Lola en donde nos comimos un salmorejo de campeonato mundial).
La Calilla es entonces más escondida y tiene el agua cristalina y es muy tranquila, perfecta para hacerle siesta al arroz caldoso y todas las delicias ibéricas que nos comimos en 4 nudos.
También tiene uno de los fuertes que les contaba que servían para defender la región de los piratas moriscos, este se llama el Castillo de San Ramón y lo están vendiendo por si alguno se quiere animar a comprarlo (y me invita por favor).









Como no todo es mar y playa en este paseo (pero podría ser y sería igual de bueno) les quiero compartir dos salidas muy buenas que hicimos por fuera del parque.
El primero fue ir a la ciudad de Níjar a conocer un lugar hermoso que se llama Cactus Níjar que es un vivero/jardín botánico, y que como su nombre lo dice, está enfocado específicamente en cactus. El lugar es precioso y el recorrido por el jardín botánico es como un pequeño laberinto de todos los tipos de cactus. Si como a mí, les fascinan las plantas, vale mucho la pena ir a conocerlo, y a veces hay conciertos al aire libre en medio de cactus de alturas imposibles.









El otro paseo que hicimos fue a la Geoda de Pulpí que queda más o menos a una hora y 10 minutos del Pozo de los frailes y que hay que reservar con anticipación por su página web para poderla visitar.
Aclaro que este es un paseo para nerds como yo. Es un recorrido por una mina que estuvo abandonada mucho tiempo hasta que la abrieron la público hace unos años. La razón para abrirla al público es que encontraron una geoda de cristales de yeso de 8 metros de ancho x 2 metros de alto, ¡una de las más grandes del mundo!
Una geoda es como un huevo con muchos cristales aglomerados dentro de esa forma ovoide, y esta es muy impresionante, a pesar de que uno solo se puede asomar a mirarla porque no se puede entrar para no dañarla, vale la pena la visita a la mina que además tiene otros lugares en donde las paredes y el techo están cubiertos con cristales y minerales que solo se ven cuando son iluminados con luz negra. Repito, si conocen a algún geólogo que se quiera ir a hacer conmigo este paseo por favor mándenme el dato porque me encantaría.
No tengo fotos de la geoda porque está prohibido tomar fotos y solo quedé con las fotos que ellos le toman a uno y que dejan mucho que desear pero aquí les dejo un par de las que nos pasaron para que se antojen.


Saliendo de las entrañas de la tierra y siguiendo con las playas del parque de Cabo de gata, dejé una de mis favoritas para el casi final. La Playa de los muertos no solo tiene el agua cristalina y turquesa que tanto nos gusta, no solo es escondidita porque hay que caminar 20 minutos en bajada (que después hay que volver a subir) para llegar, lo que hace que no esté tan llena, sino que además, su característica más especial es que en lugar de arena, la playa está cubierta por mini piedritas de colores pulidas por el mar.
Caminar descalza es como terapia de reflexología y meter la cabeza en el mar y quedarse hundida es una delicia por el sonido que hacen las olas al mover las piedritas.
Además que para las personas con TOC como yo es un planzaso ponerse a recoger piedritas de un solo tono, en mi caso fueron las de la gama amarillo-naranja.
¡Ah! olvidaba contarles que yendo para la Playa de los muertos paramos en un lugar escondido en donde Ric sabía que había un olivo que tiene ¡MÁS DE 2000 AÑOS! Es increíble pararse al lado de un árbol que estaba ahí cuando había romanos en España, definitivamente una de esas cosas surreales que solo pasan cuando uno está en medio de la naturaleza.








Nuestro último paseo antes de dejar el paraíso fue ir a la Cala del medio que queda cerca a la ciudad de Agua Amarga. Para llegar a esta playita escondida y hermosa hay que caminar más o menos 35 minutos a pleno sol, que es fuerte, no nos olvidemos de que el parque es un desierto, así que si llevan sombrillas para la playa, es buena idea usarlas abiertas durante la caminada, como hicimos nosotros.
La playa está rodeada por unas formaciones de piedra, o no se si es como arena calcificada pero lo que si se es que son muy únicas y parecen como hongos, son gigantes y contrastan muy bonito con el cielo y el mar azul (por eso les tomé tantas fotos)












Con esta playa termino este paseo por el paraíso. Quiero decir, por si no quedó claro, que este paseo es para personas que disfrutan de la playa y de la naturaleza. Es descanso al 100% porque el plan es comer, dormir, descansar, caminar y ojalá ir bien acompañado (como fue mi caso) porque al final de cada día lo más rico es sentarse en algún restaurante o bar con una cerveza o vino y conversar mientras se pone el sol.
Dejo de nuevo aquí el link a nuestro alojamiento Zuria porque creo que fue parte fundamental de que el paseo fuera tan memorable. Tener esa casita para llegar a darse un baño por la noche y dormir en camas con sábanas deliciosas hace que algo que es bueno sea aún mejor.
Espero que se animen a visitar el Cabo de gata y que me cuenten si descubren más tesoros porque yo estoy absolutamente segura de que es un lugar al que quiero volver varias veces más.